jueves, 19 de noviembre de 2009

16

Véase que lo nunca antes visto se siente
Más cercano, entonces renaces luego de lo nunca habido,
Y eres de nuevo en mí como nunca fui yo en ti.

Respiro tu suspiro y me ahogo entre tus palabras,
Me ciego entre tus pensamientos y nunca fuiste tanto
Como lo sabido que sentiste alguna vez más nunca,
Que lo amado siempre jamás, ahora y nada mas.

Sigo tus caminos, respondo a tus llantos, más a
Todos tus caprichos y luego nada de tus encantos,
Maldigo el esfuerzo y entonces mi aliento aun sigue amorago.

Me despechas de todo lo habido en ti por mí,
Me despejas de tus sentidos, me sofocas con tu lenguaje,
Y evidente es que mas lo cierto que mentira es entender
Que el olvido pesa más que la propia vida misma.

Y luego un puñado de oraciones plasmadas de ti,
Maquinando un sutil desprecio, anunciado las voces de
La partida, como plegarias de salvación van al cielo.

Un fuerte sonido se enciende de pronto, mil llantos
Desaparecidos de mis interiores suplican ser liberados,
Cada uno de propias decepciones tuyas

Entonces desapareces entre palabras, y una
Oración que revela solo una palabra…

¿Amor? preguntas, luego muchas respuestas sin sentido.
Disparas las señales de ti, aumentas el encanto a cero, mas nada
Queda que el oscuro retrato de ti como una vez fue mi anhelo.

¿Amor? ¿Que es eso? ¿Donde existe que si no es en mi?,
Me burlo, claro, si es en ti. Ahora la oración se completa, pero
No es el final que anunciabas a cada palpitar.

Sentencias entonces de una muerte anunciada,
Érase una vez una historia feliz…
Érase y nada mas.

Érase y alguna vez fue otra, mas nunca fuiste tú.
Encarnadas pasiones dentro de mí ser que pedían del tuyo
Y una voz sutil de ti anunciando lo manifiesto.

Entonces érase algo que se predecía, un adiós
Sin suerte, algo que decías en la partida, algo…
Érase mi historia junto a ti, mas no de ti junto a mí

La oración se completa con un llanto mordaz de tu alma…

Érase la historia de un hombre que dejo, aun así, a la mujer que amaba.